Iquitos es el centro urbano más importante de la Amazonia en Perú y la capital del inmenso departamento de Loreto.
Es sabido que la biodiversidad en la Amazonia peruana está en riesgo, pero pocos saben que grupos de científicos hacen un trabajo de hormiga, a la par del Estado, para tratar de rescatar especies y educar a las comunidades locales en la preservación de la naturaleza.
Esta tarea la realizan biólogos de instituciones como la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Amazónica (Acobia), de Perú, y el Dallas World Aquarium y la Universidad de Cornell, de Estados Unidos.
Actúan en la zona de Iquitos, el centro urbano más importante de la Amazonia peruana y la capital del inmenso departamento de Loreto, en el noreste del país.
En esta región comienza, precisamente, el largo y ancho río Amazonas, que pasa por la ciudad y es alimentado por tributarios como el Marañón, el Ucayali, el Itaya y el Nanay, entre otros. En la selva los árboles compiten con la luz, y la flora y la fauna tienen una riqueza incomparable.
"La Amazonia peruana tiene un ecosistema muy particular. Es un bosque tropical cuyos ríos crecen unos diez metros en diciembre y vuelven a su nivel normal en los primeros días de junio", explicó a BBC Mundo el biólogo Javier Velázquez, que trabaja para Acobia.
"Lo interesante es que cuando el agua sube, los peces pueden ingresar a zonas donde les es posible comer frutas maduras e insectos. De este modo engordan y se reproducen más".
"Las plantas, por su parte, tienen la posibilidad de distribuir sus semillas por medio de los peces. De modo que ambos grupos se benefician", completó Velázquez.
Cuando los ríos cubren las pasturas y escalan los troncos de los árboles, los animales terrestres deben retirarse a tierra firme. Y eso es lejos, porque la superficie anegada es muy amplia.
Pero para el resto de las especies la inundación no es un problema serio, porque en la Amazonia la mayoría de los seres vivos obtienen su alimento de los árboles.
BBC Mundo
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