viernes, mayo 16, 2008

Y el mundo no se acabó

Treinta y cinco personas se atrincheraron en una cueva en el centro de Rusia para aguardar el fin del mundo.

Con el paso de los meses, algunos no quisieron esperar más y se fueron, dos se murieron y finalmente la cueva quedó vacía este viernes. Y el mundo no se acabó.

Las últimas nueve personas en dejar el sitio, ocho hombres y una mujer, decidieron por fin salir de su refugio al parecer porque ya no soportaban el olor de los cadáveres.

Al atrincherarse a mediados de noviembre pasado en la región central de Penza, amenazaron con detonar explosivos y volarse si la policía trataba de sacarlos.

La cueva en la que se encerraron los autodeclarados seguidores del profeta Pyotr Kuznetsov se halla a unos 650 kilómetros al sureste de Moscú.

Profeta

El mes pasado emergieron informes de dos muertes dentro de la cueva. Un hombre que dejó el sitio el 1 de abril dijo que una persona había muerto por ayuno y la otra, de cáncer.

La secta, que se autodenomina escisión de la Iglesia Ortodoxa rusa, cree que el mundo se acabará este mes.



Kuznetsov, quien se presenta como el Padre Pyotr, se declaró a sí mismo profeta hace unos años y ha atraído seguidores en Rusia y Bielorrusia.

Él no se unió a sus seguidores dentro de la cueva, y ha estado recibiendo tratamiento en una clínica psiquiátrica.

Kuznetsov está acusado de crear una organización religiosa asociada con la violencia.

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