Una compañía japonesa desarrolló una máquina expendedora de cigarrillos que cuenta las arrugas, las patas de gallo y la firmeza de la piel del cliente para confirmar si tiene suficiente edad para fumar.
La máquina utiliza tecnología de reconocimiento facial para impedir que los menores de 20 años -la edad legal para fumar en ese país- puedan comprar tabaco.
En Japón, a partir de julio, las compañías que fabrican máquinas expendedoras de cigarrillos podrán ser enjuiciadas si venden sus productos a los menores de 20 años.
Aquellos clientes que no pasen el "examen de edad" de la cámara digital deberán mostrarle su carnet de identidad a la máquina expendedora para demostrar que legalmente pueden fumar.
El sistema de la compañía Fujitaka compara las características faciales del cliente -entre ellas la estructura ósea, la flacidez y las patas de gallo- con un registro de más de 100.000 personas.
BBC
La máquina utiliza tecnología de reconocimiento facial para impedir que los menores de 20 años -la edad legal para fumar en ese país- puedan comprar tabaco.
En Japón, a partir de julio, las compañías que fabrican máquinas expendedoras de cigarrillos podrán ser enjuiciadas si venden sus productos a los menores de 20 años.
Aquellos clientes que no pasen el "examen de edad" de la cámara digital deberán mostrarle su carnet de identidad a la máquina expendedora para demostrar que legalmente pueden fumar.
El sistema de la compañía Fujitaka compara las características faciales del cliente -entre ellas la estructura ósea, la flacidez y las patas de gallo- con un registro de más de 100.000 personas.
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